Y como NO vamos bien, mantenernos unidas, activas y vigilantes es una actitud que debemos mantener y reforzar, si lo que pretendemos es avanzar en el respeto a nuestra persona. El hombre trae los derechos adquiridos. La mujer los tiene que reclamar, son muy difíciles de conseguir y muy fáciles de perder, porque son revisables, y derogables.

No estamos avanzando al ritmo que necesitamos. Avanzamos tan despacio y nuestras vidas son tan cortas que las generaciones que nos siguen reciben de nuestras manos sólo unas pocas migajas más de dignidad y el recuerdo de nuestras vidas exhaustas, muchas de ellas malogradas en el intento. Los hombres malos tenían tanto odio en sus corazones que quizás debiéramos haber dedicado más tiempo hombres y mujeres a averiguar POR QUÉ

Avanzamos muy despacio porque llevamos una mochila muy pesada, recorremos un camino sembrado de obstáculos y nuestro objetivo está muy lejos y, sin embargo, en el fondo de todos los corazones se alberga la certidumbre de que sólo un mundo en femenino será posible o no será.