Con anterioridad la Concejalía de Fiestas, la Junta Central de Moros y Cristianos y la iglesia parroquial de San Pedro celebraron una misa presidida por el alcalde de la localidad, Antonio Pérez, que estuvo acompañado por miembros de la corporación municipal, las Reinas de las fiestas y representantes de las diferentes comparsas de moros y cristianos con estrictas medidas de seguridad sanitarias y con un acceso de personas limitado
Las fiestas patronales del municipio de Rojales finalizaron el lunes 29 de junio, día de su patrón, San Pedro Apóstol, en una celebración atípica y marcada profundamente por la pandemia de la COVID-19 con un castillo de fuegos artificiales, después de haber sido suspendidos la práctica totalidad de los eventos propios de estas fechas.
Sin embargo, con anterioridad la Concejalía de Fiestas, la Junta Central de Moros y Cristianos y la iglesia parroquial de San Pedro habían celebrado una misa oficiada por el cura José Rivas y presidida por el alcalde de la localidad, Antonio Pérez, que estuvo acompañado por miembros de la corporación municipal, el juez de paz, las Reinas de las fiestas y representantes de las diferentes comparsas de moros y cristianos. El evento tuvo lugar con estrictas medidas de seguridad sanitarias y con un acceso de personas limitado, protegido con mascarillas y utilizando gel antes de acceder al templo.
Además, durante las jornadas del domingo y del lunes las dos bandas de música de Rojales, La Lira y Santa Cecilia, realizaron pasacalles por las calles del centro urbano.
Para finalizar se procedió al disparo del castillo de fuegos artificiales que congregó a numerosos vecinos en los malecones del río Segura y con los correspondientes aplausos. También fue disparado ‘El chupinazo’ de manera simbólica y en las entradas del casco urbano hubo luminosos para recordar el evento festivo-religioso.
Celebraciones tristes
En relación a esta anómola situación, el primer edil rojaleño señaló que «estamos en un año para olvidar, en el que no sólo las fiestas se han visto trastocadas, sino la vida normal por las consecuencias derivadas de la DANA y sus inundaciones, en primer lugar, y por la crisis sanitaria y económica ocasionada por la COVID-19 después». Por tanto, siguió diciendo que «no nos podemos permitir rebrotes del coronavirus» y subrayó que «vamos a salir adelante, con dificultad pero reforzados«.
Por su parte, el concejal de Fiestas, Jesús Martínez, indicó que han sido unas fiestas «simbólicas y tristes«, ya que «no podía tomarse otra decisión y había que ser prudentes«. Pese a ello el edil aseguró que «ya trabajamos en las fiestas del próximo año en honor a San Pedro y de Moros y Cristianos«, que «serán inolvidables«.