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Avanzamos muy despacio porque llevamos una mochila muy pesada, recorremos un camino sembrado de obstáculos y nuestro objetivo está muy lejos y, sin embargo, en el fondo de todos los corazones se alberga la certidumbre de que sólo un mundo en femenino será posible o no será.

 

Manifiesto de la Asociación de Mujeres para la Libertad y la Vida: 'Día Internacional De la Mujer', el 8MHoy somos más fuertes porque estamos más unidas que nunca y nuestro trabajo hoy se hace más necesario que nunca además. Nos rodean muchos hombres que aman, respetan y consideran a sus semejantes como equivalentes, pero no son todos. Y esos pocos no sólo nos hacen la vida imposible a nosotras con claros mensajes de odio, sino además a la humanidad en su conjunto.

Hoy nos gustaría tener el poder de parar el mundo para bajarnos, pero como no está en nuestro poder hacerlo, estamos abocadas a hacer un sobreesfuerzo para cambiar lo que nos molesta, como ese odio estructural y gratuito que sufrimos por ser mujeres desde que el mundo el mundo y esa desafortunada gestión que del mundo estamos sufriendo también.

Olemos el odio en esos hombres que permiten que nuestras nóminas sean más reducidas que las suyas, en los que nos violan de las mil y una formas que hasta se agrupan en manadas, en los que nos empujan a huir de nuestros hogares a una casa de acogida, en los que nos hacen el máximo daño posible hasta llegar a asesinar a nuestros hijos, en los que utilizan su fuerza física para agredirnos hasta asesinarnos, en los que nos agobian psicológicamente hasta la locura, en los que ocultan o roban nuestros talentos, en los jueces que ponen en duda nuestro sufrimiento, en la medicina que todavía nos hace parir con dolor cumpliendo no sabemos qué mandato, en la investigación que no considera nuestra condición femenina, en los que nos impiden decidir sobre nuestros cuerpos, en los que nos roban a nuestros hijos para destruirlos en sus guerras.

Avanzamos muy despacio porque llevamos una mochila muy pesada, recorremos un camino sembrado de obstáculos y nuestro objetivo está muy lejos y, sin embargo, en el fondo de todos los corazones se alberga la certidumbre de que sólo un mundo en femenino será posible o no será.

Rita Mañús Rayos, vicepresidenta de la Asociación de Mujeres para la Libertad y la Vida

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