El Museo al aire libre ‘Murales de San Isidro’ se trata de un proyecto colectivo de más de cien pintores que plasmaron sus obras en 43 fachadas. Dichos artistas, junto con otros procedentes de muy diversos lugares de la geografía española, comenzaron en mayo de 1976 a plasmar en Orihuela sus ideas y a ‘florecer’ una auténtica primavera cultural en las plazas y calles del barrio de San Isidro, con motivo del ‘Homenaje de los pueblos de España’ al oriolano Miguel Hernández para reivindicar la figura y la obra del insigne poeta. Así, desde 2012, todos los años durante todo un fin de semana del mes de marzo se reúnen numerosos artistas y vecinos, tanto de la propia Orihuela, como de de fuera, para crear nuevos murales en un ambiente festivo con abundantes actividades culturales.

Este trabajo en común de aquellos murales sin ningún tipo de mantenimiento durante más de 35 años se pudo recuperar a partir de marzo de 2012 aprovechando la conmemoración del 70 aniversario de la muerte de Miguel Hernández, el 28 de ese mes. Fue cuando la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Orihuela acometió la tarea sentimental y artística de recuperar los murales del barrio de San Isidro, ya que se volvió a cubrir de arte y poesía las fachadas de sus calles para revivir aquel acontecimiento cultural de profundos ecos políticos.

Desde entonces, cada mes de marzo durante todo un fin de semana, en el que se programan diferentes actividades culturales de todo tipo, música, teatro, pasacalles, conferencias, entre otras, numerosos artistas, vecinos de Orihuela, así como de fuera, crean otros nuevos murales en un gran ambiente festivo.

Además, desde un principio, se trata de un proyecto integrador, pues colaboran de forma directa los habitantes del barrio, los profesores y alumnos de colegios e institutos, así como colectivos de otras capacidades; de un proyecto participativo, ya que a la iniciativa se suman cientos de personas que de forma espontánea toman brochas y rodillos; y, por último, de un proyecto especialmente reivindicativo de la vida y obra de Miguel Hernández, que murió por defender la libertad y la idea de un mundo más justo.

‘Por la libertad’

Como resultado de este empeño, en el recorrido por las calles del barrio, Camino viejo del Oriolet, chopo, acacia, tomillo, San Isidro Labrador, sauce, algarrobo y almendro, se puede contemplar ahora un verdadero museo pictórico al aire libre, decorado con 53 murales en los que se mezclan los colores de los paños pintados con los verdes y ocres de la Sierra de Orihuela.

En aquella cita histórica de 1976 se acercaron hasta su cuna pintores, escritores y músicos que, en un contexto de transición incierto y difícil, reclamaban la libertad de la que hasta entonces se había carecido. Fue un acontecimiento que aún hoy permanece grabado en el imaginario colectivo no sólo de los hernandianos fervorosos, sino de todos aquellos que, en esos tiempos de esperanza y zozobra, defendieron las libertades democráticas y la cultura como expresión más elevada del espíritu de un pueblo.